miércoles, 27 de febrero de 2008

a mi un CHAU MIEN de pollo...

Cuantas veces lo habré dicho, cuantas veces lo habré pensado y que pocas veces lo he cumplido.
Si si, me refiero a la famosa frase “no tomo más en la semana”.
Pasó de ser un día en el que iba a volver tranquilito a casa y ver la tele, a terminar cenando en la casa de Marce con los hermanitos Perasso.
Como 3 salames, yendo en el bondi con las botellas de alcohol que habíamos comprado. Lo que es no tener auto, todavía no me acostumbro del todo.
Una noche mágica, en donde fue mi tercera incursión en la comida china, luchando con los fucking palillos. Hasta que desistí y pasé al tenedor.
Es una comida a la que todavía no le encuentro la vuelta. Si bien no me parece fea, tiene algo que no me cierra. Me termina aburriendo. Al punto de en cierto momento, querer tirar el plato a la mierda y pedir una pizza. Pero para cambiar un poco de vez en cuando no viene mal.
Una cena con unos vinitos semi-picados, pero aireados. Si, Marce estrenó con nosotros un recipiente con forma de florero que supuestamente sirve para airear el vino. Para que sirve eso no lo sé, pero tomamos vino aireado. (NOTA: los supermercados chinos tienen vinos más baratos, pero el 90% están picados).
De postre consumimos un exquisito vodka Polaco que no recuerdo el nombre, con naranja. Algún que otro trago de whisky. Y la frutilla del postre, el Smirnoff Caipiroska, que es un descocador instantáneo. Te detona el cerebro ni bien es ingerido, con una efectividad asombrosa.
Con ese cóctel alcohólico era casi previsible el final.
Pero fue una linda velada, con una larga sobremesa repleta de charlas.
Ah, casi me olvido, al final de la noche le rompí el culo a Adri jugando al rugby en la Play2.
Consecuencias de esto: Costándome un montón levantarme, dando pena toda la tarde y diciendo “no tomo más en la semana”. Algo que dudo que algún día pueda cumplir.

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